Arquitectura generativa ¿el alma de la metodología BIM?
¿Ciencia ficción? Podría ser, pero no. Hoy os voy a hablar de la arquitectura generativa o diseño arquitectónico parametrizado. Es decir, centrarse en el proceso de creación de las cosas, en lugar de en las cosas.
He encontrado por ahí una definición que deja bastante claro el objetivo de la arquitectura generativa:
¿Diseño generativo para los procesos creativos en entorno BIM?
Desde que recuerdo, siempre he querido mejorar la eficiencia de los procesos. Es fácil darse cuenta que se ahorran muchos recursos, digamos tiempo y dinero entre otros, si se consigue automatizar procesos.
Podría decirse que un primer paso en la automatización es cuando repites tantas veces el mismo proceso que ya no tienes que pensar en lo que haces, simplemente lo haces. Solo con eso ya consigues reducir el tiempo que empleas en realizar una tarea. En cierto modo te conviertes en un autómata.
Pero yo quiero ir hoy mucho más lejos. No se trata solo se automatizar un proceso, se trata de hacerlo de manera inteligente. Más concretamente, podría decirse ‘artificialmente inteligente’.
Es posible que por el momento solo sean unos pocos, pero ya hay arquitectos aplicando este sistema. Las nuevas herramientas son el lenguaje de programación, los algoritmos y las simulaciones. Digamos que se basa en introducir en el sistema –la ecuación– toda la información necesaria –las variables– de modo que se obtengan múltiples simulaciones, posibilidades, etc. –las soluciones de la ecuación-, y a continuación elegir la que más interese. Es lo que se ha dado en llamar ‘diseño generativo‘ o ‘diseño computacional‘.
Tampoco quiero confundir a la gente. Si buscas ‘Arquitectura generativa” en Google y te centras en las imágenes, todo lo que aparece son formas extrañas, onduladas, de película de ciencia ficción. Formas que parecen imitar el proceso de desarrollo de la vida en la naturaleza. Pero eso es la punta del iceberg, la parte estética.

Lo que a mí más me ha llamado la atención, y es lo que quiero destacar, es la posibilidad de crear edificios adaptados a los requisitos del lugar en el que se construirán. Requisitos como necesidades poblacionales, respeto al medio ambiente, etc. En definitiva, diseñar un proceso que sea capaz de ofrecer automáticamente múltiples opciones de edificabilidad en función de variables que podemos modificar según necesidades o limitaciones.
FLUX.IO-Genie y el Diseño computacional
La compañía Flux -una plataforma colaborativa para equipos de arquitectos e ingenieros que diseñan edificios y ciudades del futuro-, ha afrontado el reto de automatizar la industria de la construcción.
Están desarrollando la plataforma ‘Genie‘ -el ‘genio’ de la lámpara- con aplicaciones online de planificación urbana para ayudar a arquitectos e ingenieros en el diseño de proceso. Además de estas herramientas, incluye otras de análisis y de simulación. ‘Genie’ estandariza y automatiza el diseño y los procesos constructivos sin límites de opciones de diseño.
El equipo de Flux compara el proceso de construcción de un edificio a plantar una semilla, de modo que dependiendo de donde fuera plantada el edificio tendría formas y características diferentes. Es decir, el medio que rodea al edificio define al edificio. Para llevar a cabo esta automatización del diseño constructivo se codifican las reglas que necesita el edificio para crecer o auto-generarse: el sistema estructural, HVAC, envolvente, etc.
Utilizan la analogía del ciprés de Monterrey, una especie arbórea que adopta formas diferentes en función de dónde es plantado, los vientos preferentes y las condiciones del entorno.
Y quizás influenciados por el espíritu BIM, mantienen el empeño en colaborar y compartir la información

A medida que profundizo en el mundo BIM (Building Information Modeling)me doy más cuenta de lo importante que es la colaboración. La cuestión es si el ser humano está realmente preparado para dar ese paso, el de colaborar, o si bien el egoísmo que nos caracteriza nos impedirá alcanzar la meta que propone el espíritu BIM. En Espacio BIM estamos dispuestos a dar el paso.
Nos leemos la semana que viene,
Agustín Sánchez Ortega